Este caso, bueno no tanto el caso, sino la decisión que se dio en la sentencia, dio el nacimiento al control difuso como lo conocemos hasta hoy, el protagonista el señor John Marshall, quien estableció que los jueces deben de preferir la norma constitucional a todas las demás normas en el ordenamiento jurídico, hoy esta idea que nos parece lógica o sobreentendida, en aquellos tiempos marcó un antes y después en la historia del constitucionalismo.
El contexto histórico
Pongámonos en el año 1800, Los Estados Unidos independizados no hace mucho, Washington fue el primer presidente, John Adams (Federalista) el segundo, el problema fue que antes de pasarle el poder al electo Thomas Jefferson (republicano, del partido contrario), este quiere asegurar su poder en el gobierno, nombrando a jueces de paz, justo antes de salir del cargo, sin embargo todos los formalismos ya estaban hechos, solo que el secretario de Estado por el ajetreo de la transición, no pudo entregar todas las actas de nombramiento, entregando solo a algunos y dejando en manos del próximo gobierno la entrega de las que faltaban, el gobierno de Thomas Jefferson nunca las entrego.
Lo que se entendía por constitución
Hoy en día nos queda por sobreentendido, que la constitución es el documento más importante más importante del Estado y en base a ella se crea el ordenamiento jurídico y esta no se le puede oponer, es decir tiene fuerza obligatoria siendo lo que es, la norma de mayor jerarquía.
Pero por el año 1800, aún nada estaba claro, de hecho gran parte de ella era letra muerta, una fantasía irreal de los padres fundadores, que hasta ellos mismos violaban, en aquella redacción, no participaron las personas negras ni mujeres, claro tampoco nadie que no sea adinerado.
Aún no había consenso sobre que entender por constitución y la influencia que esta ejerce, o que quizás no ejercía ninguna y solo era un documento decorativo que recordaba la proeza de la lucha contra Inglaterra el cual ponerlo en un lindo museo.
Un fallo conveniente pero importante:
John Marshal y los demás jueces supieron encontrar una forma en la que negaran el derecho de Marbury a recibir su nombramiento como juez, y de esta manera no tener un conflicto directo con el gobierno de Thomas Jefferson, quien incluso podía negarse a cumplir el mandato judicial, pudiendo arriesgar la fuerza de sus decisiones judiciales; para ello bastó solo aplicar la idea que la constitución no obliga a la administración de Jefferson a entregar el mandato de juez, entonces las leyes no pueden ir en contra de esta, y por tanto Marbury no tendría forma de exigir su nombramiento. De esta manera polémica se popularizó la idea de “Control Difuso de Constitucionalidad“.